Los chicos tienen sus preferencias y suelen manifestarlas. Pero claro, no pueden decidir qué sexo tendrá su hermanito.
La pregunta no tardará mucho: Mami, ¿voy a tener un hermanito o una hermanita? Este es un interrogante cuya respuesta deberá esperar… hasta que la ecografía lo confirme. Pero, ¿es indistinto para el pequeño el sexo de su hermano? ¿Qué cosas a favor y qué desventajas tiene que sean del mismo sexo? ¿Qué tácticas podés emplear para atenuar los inevitables celos?
Los celos forman parte de los sentimientos naturales de todos los niños. Pero como es sabido, quien cela sufre, y mucho. Y como padres, desearíamos que nuestros hijos no los experimenten. Lamentablemente, eso no es posible, dado que se vinculan con el proceso normal de desarrollo.
Los chicos sienten celos porque tienen miedo de perder el amor de sus padres. Entonces, ¿cómo no experimentar el nacimiento de un hermano como un momento crítico? La respuesta está en enseñarles a compartir, y en no alentar conductas de favoritismo por ninguno de los hijos.
Atravesar la experiencia de sentir celos y salir victoriosos, aprendiendo a ser tolerantes y a sumar afectos en lugar de restarlos, será el mejor aprendizaje que podamos alcanzar en la vida.
Cuando ya tienen un hijo y están esperando el segundo, los papás suelen preguntarse ¿Qué será mejor? ¿Que sea del mismo sexo que el primogénito o no? Algunos prefieren géneros distintos para formar “la parejita”. Otros, por el contrario, los quieren del mismo para que puedan compartir la habitación, la ropa y los juegos.
Lo cierto es que, más allá de todo lo que se diga, no existen recetas mágicas ni garantías para evitar los famosos celos. Porque si vamos al fondo de la cuestión, para el niño lo “peligroso” es tener que compartir a sus papás. Da lo mismo que se trate de un hermano o de una hermana. Así que más que en el sexo del bebé por nacer, la clave radica en la conducta de los papás.
Para el niño, lo “peligroso” es tener que compartir a sus papás. Da lo mismo que se trate de un hermano o de una hermana.
Los niños tienen ese modo de pensar que conocemos como “pensamiento mágico”: creen que las cosas se cumplen con solo desearlas. Por eso pueden creer en los personajes de los cuentos, en las hadas, los monstruos, y en figuras como Papá Noel y los Reyes Magos.
Cuando se trata de la llegada de un hermano, también suelen suponer que alcanza con querer que sea varón o nena para que se convierta en realidad. Y si el que nace no coincide con sus deseos, suelen sentirse defraudados y culpar a los papás.
Es importante explicarles que ni mamá, ni papá, ni los hermanos, deciden el sexo del bebé. Será una noticia que habrá que aceptar tal cual es. Y si la decepción es grande, tendrás que acompañarlo a descubrir las ventajas de tener un hermano, cualquiera sea su sexo.
Cuando el niño es pequeño, suele desear que su hermano por nacer tenga su mismo sexo, para poder compartir los juegos.
En síntesis: en esta etapa, las relaciones entre hermanos pueden ser realmente difíciles, porque un chico de 4 años tiene un tamaño considerable como para resultar molesto si así se lo propone.
Para la niña, el entretenimiento preferido es “jugar a la mamá”. Por eso, un hermanito (o hermanita) despierta su interés por jugar con él. Pero no como hermano, sino como “muñeco-hijo”. Y es cierto que las nenas suelen ser más tolerantes, protectoras y amables con los más pequeños. De todos modos, no hay que olvidar que a los 5 años todavía son muy chiquitas para hacerse responsables del cuidado de otra criatura.
Para una nena el entretenimiento preferido es “jugar a la mamá”. Por eso, un hermanito (o hermanita) despierta su interés por jugar con él. Pero no como hermano, sino como “muñeco-hijo”.
Y sean del sexo que sean…
.
Asesoró: Dra. Mariana Czapski, Psicóloga y Especialista en Psicología Clínica
Todos los derechos reservados a Ahora Mamá® 2020
https://ahoramama.com.ar/mama-familia/hermanito-o-hermanita/